Petra: La ciudad de los nabateos

El viaje al el reino hachemita de Jordania lo inicié desde Dahab (Egipto), tomé un taxi por 30€ rumbo a la frontera con Israel, desde donde crucé a la frontera jordana. Una vez en Jordania tuve que tomar un taxi con dirección al desierto de Wadi Rum (35JOD). Existe un servicio de ferry que conecta Nuweiba(Egipto) con Aqaba(Jordania) pero yo preferí cruzar las fronteras por tierra, aunque teniendo en cuenta lo pesados que son los israeliés con los controles de seguridad, recomiendo mejor ir en ferry.

Mi intención fue llegar al desierto de Wadi Rum al atardecer, ya que con la luz del ocaso es cuanto más rojo se ve el desierto, pero debido al excesivo tiempo empleado en los controles de seguridad israeliés, al final llegué al desierto cuando ya era de noche y no pude tener esa primera impresión de lo que me esperaba… pero bueno…aunque el atardecer no me esperaba, un maravilloso manto de estrellas me daba la bienvenida 🙂

Como no pude ver el atardecer, me levanté al alba y debido a que hasta entonces no había tenido ninguna pista de como era Wadi Rum, nada más abrir la puerta de mi jaima la sorpresa fue máxima, tenía las siguientes vistas ante mí:

Una de las cosas que más me sorprende del desierto, además de su extraordinaria belleza, y de la tranquilidad que transmite, es que en ellos se puede oir el silencio absoluto y es una sensación cuanto menos extraña, que solo he sentido en el desierto o al hacer paracaidismos, después de abrirse el paracaidas.

El desierto de Wadi Rum se encuentra en la zona sur del pais, a tan solo 50Km de distancia de Aqaba. Este paraje natural es célebre porque en él se rodaron las escenas de la película Lawrence de arabia y la verdad es que es el lugar perfecto para pasar un par de días: visita en 4×4 para disfrutar del paisaje, paseo en camello al atardecer, fogata al anochecer…

Los taxis en Jordania son bastante baratos, por 25JOD y después de hora y media de viaje, pude ir desde Wadi Rum a Wadi Musa, que es el pueblo más cercano a la antigua ciudad de Petra. Con las ganas que tenía cuando llegué de ver las ruinas, enseguida me alojé en un hotel y me fuí directo al centro de visitas de Petra, donde tuve que pagar 55JOD por adquirir una entrada para dos días.

Desde el centro de visitas hay que caminar como 1Km hasta llegar al Siq, estrecho desfiladero que alcanza más de 100 metros de altura que sirvió como entrada principal a la ciudad de Petra. Trás 1200 metros caminando por el angosto desfiladero, aparece ante nosotros un maravilloso tesoro, El Tesoro, lugar donde Indiana Jones buscó el arca perdida.

Petra fue conquistada en el siglo VI a.c. por lo nabateos, que fueron los responsables de construir los impresionantes monumentos que podemos visitar hoy en día. Esta ciudad prosperó en la antiguedad gracias a que se encontraba en el camino de la ruta de las caravanas que unían Arabia con el Mediterráneo.

La mayoría de los monumentos que podemos contemplar hoy en día, se encentran tallados en la montaña, aunque en tiempos de Roma, también se levantaron impresionantes avenidas con edificios y templos de estilo heleno, los cuales fueron destruidos posteriormente como consecuencia de varias catástrofes naturales.

La ciudad de Petra vivió su apogeo sobre el año 50 d.c., en ella llegaron a vivir unas 20.000 personas y sus ruinas se encuentran esparcidas en una superficie de terreno bastante amplia. Se pueden visitar las ruinas en un día completo, siempre y cuando caminemos de forma ágil, pero lo ideal para contemplarlas de manera más tranquila es pasar en ella un día y medio o dos días.

A hora y media caminando desde El Tesoro, se encuentra el templo mas grande de Petra, El Monasterio. Antes de poder llegar a él es necesario ascender unos 800 escalones de piedra por un abrupto cañon, la verdad es que con el calor que hace resulta bastante pesado el ascenso, pero todo en la vida tiene su recompensa y desde luego las siguientes vistas merecen el esfuerzo.

Esta construcción, también tallada en la roca, mide 45 metros de alto y 50 metros de ancho. Su fachada está menos decorada que la fachada de El Tesoro, pero resulta bastante más imponente. Además, es posible (aunque no se debe) ascender por la montaña hasta su cima y caminar sobre la cúpula central, donde podemos tener unas vistas de vértigo y contemplar la verdadera magnitud del edificio.

La ciudad de Petra entró en decadencia en el siglo VIII d.c. debido a los cambios en las rutas comerciales y a varios terremotos que sufrió. La ciudad fue abandonada y permaneció en el olvido hasta el año 1812, cuando fue descubierta por un explorador suizo. En la actualidad Petra ha sido reconocida como una de las 7 maravillas modernas del mundo.

Post realizado por Rubén

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